viernes, 22 de febrero de 2008

5 ...

... ella no tenía alma
ni dios que la juzgue
ni cielo, ni infierno
sólo era una sombra
perenne, perversa
lujuriosa, excilante
aventurera, osada
¿Que más decir de ella?
que persigue mis sueños
y yo, el estúpido de siempre
caigo en sus encantos ...

No hay comentarios: