Una paloma sutil
Dulzura entrampada entre los barrotes de un cuerpo humano
Queriendo ser libre y llevar su mensaje de amor entre las demás paloma
Era tan cándida que la candidez se admiraba de sus palabras
Pero era a la vez siniestra, malévola, tenía un vicio terrenal
Vicio que no podía alejar de sus manos, ni de sus fosas
Una adicción tan fuerte como sublimes son sus ojos
Ella era adicta de una adicción y yo adicto a ella
Entonces era ella una adicta adictiva
y yo un adicto adicto a ese ser adictivo
Adicto a una adicción sublime y dulce
A una adicción con aroma a perfume de catalogo
No me interesaba el perfume que emanaba de su piel
Me interesaba ese ser tan rico y miserable
Tan inocente y culpable
Tan alegre y tan triste
Tan melancólico y alcohólico
Que importaba lo demás y los demás
Que interesaba el juzgamiento de unos cuantos puritanos
Parroquianos de medio pelo, mas débiles que sus palabras
Y más culpables que sus culpas
Nosotros fuimos más fuertes que nuestros deseos
Y por lo éramos fuertes no caímos en la débil tentación que cada uno profesaba
Ni ella en la suya, ni yo en la mía…
sábado, 16 de agosto de 2008
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